Si os estáis planteando contratar la luz en segundas residencias, es muy importante que tengáis en cuenta una serie de recomendaciones como las que vamos a detallar a continuación, a través de las cuales vais a conseguir un ahorro bastante sustancial, ya que el objetivo va a ser el de configurar el consumo en base a las necesidades reales para esa vivienda.
Analiza el consumo eléctrico y necesidades de tu segunda residencia
Lo primero y más importante es tener en cuenta que estamos hablando de una segunda residencia, es decir, el lugar donde vamos a pasar las vacaciones, algunos fines de semana, días sueltos, etcétera, lo que significa que normalmente no vamos a tener la misma demanda energética que podríamos tener en casa.
En la mayor parte de casos, tenemos un calentador de gas para evitar que esté enchufado el eléctrico todos los días que no estamos, no nos vamos a poner a lavar la ropa, planchar, etcétera, sino que en definitiva, nuestros hábitos cambian y de hecho normalmente vamos a pasar más tiempo en la calle que dentro de esta casa.
Eso significa que por norma general no vamos a necesitar una potencia excesiva, sino que con algo más básico de lo que tenemos contratado en nuestra primera residencia, será más que suficiente salvo casos muy puntuales.
Echando un vistazo a facturas de meses pasados, podréis haceros una idea de las necesidades reales que tenéis en función de la estación del año, pero lo más importante es realizar una valoración teniendo en cuenta los aparatos y electrodomésticos que vais a utilizar, que generalmente serán el frigorífico, televisión, luz, etcétera.
Aprende a contratar la luz en segundas residencias
Es importante tener en cuenta que la factura de la luz está conformada por dos elementos principales que son:
- Potencia contratada: es un componente fijo, es decir, será el mismo importe en todas las facturas.
- Potencia consumida: es un componente variable, ya que dependiendo de lo que consumamos, variará el importe.
Selecciona la potencia más adecuada
La potencia contratada que vamos a necesitar será aquella que nos permita tener encendidos a la vez los electrodomésticos o aparatos que necesitemos.
Por ejemplo, si tenemos vitrocerámica y calentador eléctrico, habrá momentos en los que ambos estarán funcionando junto al frigorífico, e incluso junto a la televisión, alguna bombilla, etcétera.
El objetivo es averiguar cuántos de ellos pueden llegar a funcionar a la vez, y hacer la suma de las potencias que necesitan para su funcionamiento, de manera que esto será lo que permita calcular la potencia que realmente vamos a necesitar.
Es por ello que generalmente, en las segundas residencias, se recomienda sustituir la vitrocerámica por una cocina a gas, el calentador eléctrico por un calentador de gas y utilizar estufas de gas o de leña, logrando de esta forma que la potencia necesaria se reduzca de forma drástica.
Analiza bien tus hábitos de consumo y elige la tarificación más indicada
En cuanto al consumo, la factura de algún mes anterior os puede ayudar mucho a haceros una idea, no sólo de la cantidad que consumís de media al mes o durante los meses en los que gastáis más electricidad, sino también de las horas y momentos en las que realizáis los consumos.
De esta manera, es posible que a la hora de contratar la luz en segundas residencias interese una tarifa plana o incluso una tarifa con discriminación horaria, de manera que consigáis un ahorro sustancial cuando estéis consumiendo electricidad dentro de la vivienda.