En un mundo cada vez más preocupado y cuidadoso por el cuidado del medio ambiente, el consumo de energía se ha convertido en un tema central de la vida cotidiana. Las fuentes tradicionales de energía (combustibles fósiles) siguen siendo las más económicas en el corto plazo, pero en realidad su verdadero costo lo pagarán las futuras generaciones: un planeta contaminado. Sin embargo, el siglo XXI ya nos acostumbró a hablar de fuentes de energía renovables, como por ejemplo la energía hidráulica –que en realidad ya se utiliza desde comienzos del siglo pasado- o la energía solar. Pero hay un sistema que es el que más se incrementó en los últimos años: la energía eólica. ¿Por qué no para de crecer ?
Las ventajas de la energía eólica
La primera gran división entre las energías es según el origen de su fuente. Las dos grandes clasificaciones son las energías renovables o energías no renovables.
Como su nombre lo indica, la energía no renovable está condenada a desaparecer. El ejemplo más común es aquella energía que se obtiene gracias a los combustibles fósiles, siendo el petróleo la fuente más conocida de todas.
En cambio, la energía renovable es aquella que se obtiene gracias a recursos naturales que son inagotables en nuestro planeta.
Entre las energías renovables, podemos diferenciar la hidroeléctrica (se genera por la potencia de corrientes de agua), la energía solar (que se logra gracias a los rayos solares que impactan en la Tierra), y, entre otras más que no son tan comunes, la energía eólica.
La energía eólica es aquella que se obtiene gracias a la fuerza del viento, que mueve unas gigantescas aspas que a través de su accionar transforman la energía eólica en energía mecánica de rotación utilizable. Así, pueden hacer funcionar directamente las máquinas operatrices. O también se produce energía eléctrica. Este último caso es el más utilizado en la actualidad.
Debajo de casa aspa existe un aerogenerador que funciona de la siguiente manera: el viento mueve una hélice y gracias a un sistema mecánico se hace girar el rotor de un generador, normalmente un alternador, que produce energía eléctrica.
Para que la instalación de estos molinos resulte rentable, suelen agruparse gran cantidad de ellos en zonas delimitadas que se conocen como parques eólicos.
Por qué crece tanto su uso
Entre las energías no renovables, la energía eólica es una de las que más ha crecido alrededor de todo el planeta. Existen varios factores que ayudan al desarrollo de esta forma de energía.
Turbinas de viento más grandes
Las actuales turbinas de viento son mucho más grandes porque sus constructores aprovechan al máximo los avances tecnológicos. Gracias a la manipulación de materiales más livianos pero, al mismo tiempo, más resistentes, las aspas más modernas alcanzan una mayor altura de su estructura. Estas gigantescas e imponentes estructuras logran captar de manera más eficiente la fuerza del viento, para después convertirla en energía eólica.
Una mayor eficiencia para producir energía eólica
La calificación de energía verde o limpia, además de su seguridad, hizo que muchos fabricantes se interesaran especialmente en el desarrollo constante de la energía eólica. Existe una mejora real y comprobable en el proceso de fabricación de las aspas y molinos, que traen como consecuencia una mayor eficiencia de la energía eólica.
Con una mayor eficiencia para captar los vientos que llegan a la superficie terrestre, se reducen drásticamente los costes en el primer proceso de fabricación. Así, aumenta la rentabilidad del beneficio obtenido por quienes invierten en el desarrollo de la energía eólica. A su vez, este ahorro de dinero genera que apostar al viento sea una inversión cada vez más rentable. Y así, el círculo virtuoso de la energía eólica se retroalimenta constantemente.
Reducción de costes en la producción de energía eólica a gran escala
Mejores construcciones y el abaratamiento de la producción motivan también un crecimiento del sector eólico dentro del ámbito de la energía. De esta manera, empresarios y Estados que fabricaban elementos de manera puntual para un objetivo específico, ahora financian solicitudes de fabricación a gran escala para producir energía eólica. Lógicamente, cuando las turbinas de viento son producidas en mayores cantidades, el coste total de fabricación e instalación de cada una de ellas se reduce considerablemente. Así ocurre con cualquier producto en las leyes del mercado.
Mayor conciencia acerca de la energía eólica
Las nuevas generaciones traen inserto el concepto del cuidado del medioambiente. Y gran parte de la sociedad que creció bajo otro paradigma ecológico ya cambió su mentalidad.
De esta manera, cada vez hay más gente interesada en consumir energía solamente generada a partir de algún recurso natural renovable.
La contaminación del aire es uno de los grandes flagelos para la humanidad. Para el año 2050, el 75 por ciento de la población de la Tierra vivirá en ciudades. Y el aglomeramiento de seres humanos genera gases y toxinas que se liberan a la atmósfera. Mientras eso sucede, la energía que vive del aire –la eólica- no genera ningún tipo de contaminación para el aire y el oxígeno que todos respiramos.
La energía eólica es una posibilidad de abastecerse de energética limpia y sostenible que vale la pena aprovechar. Por nuestro bien y el de todos los que nos rodean.
La energía eólica y las nuevas tecnologías
La participación de las nuevas tecnologías a partir de inversiones de las empresas gigantes del sector sin duda alguna ha promovido una evolución y expansión de la energía eólica a nivel mundial.
Empresas como Google, Microsoft o Facebook invierten grandes sumas de dinero para desarrollar infraestructuras que aprovechen al máximo la energía eólica.