El sistema eléctrico español es uno de los más diversificados de todo el mundo. Tal esa así que existen 14 distintas tecnologías –entre renovables y no renovables– que producen energía en España. Esta diversificación y el avance tecnológico hizo posible en los últimos años que los usuarios más innovadores puedan aportar su granito de arena a la red central de energía. Siempre, utilizando energías “verdes” o renovables. Para fomentar que haya más personas con esa iniciativa, este año se sancionó una nueva ley de autoconsumo energético. Y aquí te presentamos sus puntos más importantes y los beneficios que le ofrece esta legislación al medioambiente… y a tu bolsillo.
La ley de autoconsumo energético fue aprobada en los primeros días de abril de este año. La idea de la nueva norma es facilitar la posibilidad de que los hogares aprovechen la energía solar.
En el momento de ser aprobada, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) sostuvo que «el nuevo marco normativo sitúa al ciudadano en el centro del modelo energético, permitiéndole tener libre acceso a la producción y venta de la energía y haciéndole más responsable de su consumo».
Qué dice la ley de autoconsumo energético
El texto de la ley, establecido en el Real Decreto 15/2018, del pasado 5 de octubre, afirma que «el sistema energético ha iniciado un proceso de transición hacia un nuevo paradigma caracterizado por la descarbonización, la descentralización de la generación, la electrificación de la economía, la participación más activa de los consumidores y un uso más sostenible de los recursos».
Justamente, la ley se adaptó a los tiempos que corren, y a la existencia de esas distintas 14 tecnologías que aportan su energía al diversificado sistema eléctrico español.
Eliminación de impuestos
Según la normativa, «la energía autoconsumida de origen renovable estará exenta de todo tipo de cargos y peajes».
Esta es la primera medida para fomentar que cada usuario se anime a producir a través de medios autosustentables y ecológicos la energía que va a consumir en su hogar. “Cada uno produce lo que consume”, podría ser traducido a un lenguaje más coloquial y llano.
De esta manera, la ley de autoconsumo energético eliminó lo que se había conocido popularmente como «impuesto al sol», un gravamen que afectaba a las instalaciones que tuvieran contratados más de 10 kilovatios (kW). Sin embargo, este consumo es muy superior al promedio de un hogar residencial común.
Venta de la energía excedente
La ley de autoconsumo energético contempla dos modelos de autoconsumo: con excedentes y sin excedentes. En este último caso, a la energía producida en el hogar la consumen justamente quienes hayan instalado el dispositivo generador.
En cambio, en el modelo de autoconsumo con excedentes de energía, se contempla la posibilidad de que el usuario genere más energía de la que necesita su propia vivienda. En este caso, el usuario podrá verter a la red eléctrica central la energía extra que sus instalaciones produzca.
Además de colaborar con el sistema energético central, que no necesitará generar más energía ni utilizar al máximo sus recursos, el usuario que aporte energía a la red tendrá un beneficio económico. En la factura mensual se descontará un dinero equivalente a esa energía vertida. El máximo descuento que puede recibirse será equivalente al monto a pagar por la energía consumida, incluido en la misma factura. Nadie puede recibir más dinero del que debe pagar en su factura.
Un beneficio para usuarios individuales y para bloques de pisos
La nueva ley de autoconsumo energético permite la instalación de paneles solares en los bloques de pisos, que es donde vive el 66 por ciento de la población en España. Si los vecinos se ponen de acuerdo, podrán instalar paneles solares en la azotea del edificio.
¿Qué pasa si un solo habitante del edificio se opone a la instalación de energía solar pero el resto está de acuerdo? La ley indica que con la aprobación de un tercio de los propietarios, siempre y cuando estos representen al menos un tercio de las cuotas, será suficiente para que la iniciativa esté habilitada y ese edificio pueda reconvertirse en generador de energía verde.
Cuánta potencia puede ser instalada
Uno de los aspectos más positivos de la ley de autoconsumo energético es la eliminación del límite en la potencia del sistema generador que se quisiera instalar.
Antes, la potencia no podía ser superior a la energía contratada. Pero ahora, el tope está dado únicamente por una cuestión de espacio físico: se podrá utilizar para la instalación toda la superficie disponible en la azotea de la casa o edificio en cuestión.
Más energía, menos trámites
El texto de la ley de autoconsumo energético indica que «estarán exentas de obtener permisos de acceso y conexión» ya sea las instalaciones de autoconsumo sin excedentes como aquellas «con potencia de producción igual o inferior a 15 kW que se ubiquen en suelo urbanizado que cuente con las dotaciones y servicios requeridos por la legislación urbanística».
Muchas veces, un freno a las iniciativas para transformar los hogares en productores de energía para autoconsumo eran los engorrosos trámites y permisos que debían conseguirse antes de hincar la instalación.
Ahora, los trámites necesarios son mucho más simples: solamente hay que realizar el certificado de instalación eléctrica del sistema fotovoltaico y dar aviso a la comunidad autónoma y a la empresa distribuidora y comercializadora de energía.