Dentro de la lista de energías renovables que generan electricidad, la energía solar es la que más ha avanzado en los últimos tiempos en los países desarrollados. La clave para este crecimiento es que la fuente de energía es uno de los recursos que más abunda y más simple es de aprovechar: el sol.
El sol está todos los días en el cielo. Todos los días alumbra y envía su calor al planeta a través de sus rayos. Por eso, la energía fotovoltaica está destinada a, en el futuro no tan lejano, ser la responsable de la mayor cantidad de electricidad que se consuma sobre la faz de la Tierra.
Cómo funciona la energía solar
Los paneles solares que pueden verse cada vez con mayor frecuencia en todos lados absorben la energía de los rayos solares. A través de un proceso químico, estos paneles convierten esa luz en voltios. Esa energía se acumulará en baterías de 12v y luego será convertida a voltajes aprovechables de 120v.
Las diferentes tecnologías solares se pueden clasificar en pasivas o activas. Esta separación de basa en la manera de capturar, convertir y distribuir la energía solar.
Las tecnologías activas son las que utilizan paneles fotovoltáicos y colectores solares térmicos para recolectar la energía que llega al planeta desde su estrella más cercana.
Entre las técnicas pasivas, se encuentran distintas técnicas que se rigen bajo las normas de la arquitectura bioclimática. Por ejemplo, la manera de orientar a los edificios de cara al Sol. O también la elección de materiales con una masa térmica favorable o que tengan propiedades para la dispersión de luz. Y también, el diseño de ambientes a través de ventilación natural.
Qué son los paneles solares
Los paneles o módulos fotovoltáicos están formados por un conjunto de células fotovoltáicas. Éstas producen electricidad a partir de la luz que reciben en su superficie a través del llamado el efecto fotoeléctrico.
Según la clase de célula por la que está formado el panel, este elemento fundamental para la generación de electricidad a partir de la energía solar puede ser:
Monocristalinas: son los paneles solares que están compuestos de secciones de un único cristal de silicio. Estos paneles son fácilmente detectables debido a su forma circular u octogonal. Es más, si uno observa detenidamente los cuatro lados cortos de los paneles octogonales, podrá darse cuenta que en realidad son curvos, debido a que es una célula circular recortada.
Policristalinas: es cuando el panel o placa solar está formada por pequeñas partículas cristalizadas.
Amorfas: este es el caso de cuando el silicio no se ha cristalizado.
La efectividad de estos paneles es mayor cuanto mayor son los cristales. Sin embargo, también influyen otros factores: el peso, el grosor y el costo.
Las diferentes conexiones a la red eléctrica central
Off grid
Estos son los sistemas de instalaciones solares completamente desconectados de la red eléctrica. Los sistemas Off gris están instalados generalmente en lugares aislados que no tienen acceso a la red principal de energía.
Al estar completamente aisladas, estas regiones necesitan acumular la energía para que después pueda ser utilizada cuando ya no brilla el sol.
Un sistema off grid se compone de paneles solares, controladores, inversores y baterías con la capacidad suficiente para cubrir un tiempo calculado de consumos sin recibir energía.
Si como usuarios elegimos este sistema solar fotovoltáico para alimentar a nuestro hogar, deberemos tener en cuenta que es el que tiene el costo más alto por la integración de baterías. Además, las instalaciones off grid tienen dimensiones más grandes para cubrir la posibilidad de que existieran varios días sin poder generar energía debido a malas condiciones climáticas.
On grid
Los sistemas On grid son aquellos que utilizan paneles solares e inversores que están montados sobre la red eléctrica ya existente y aportan su producción a la misma.
La gran ventaja de este tipo de instalaciones en el corto plazo es que ayudan a lograr un gran ahorro en el costo de la factura. Cuando la producción eléctrica de nuestros paneles excede lo consumido por el hogar, la energía “sobrante” se podrá entregar a la red principal para ser utilizada.
Estos sistemas, como se encuentran conectados a la red, no necesitan baterías. Es que cuando los paneles no producen energía, el hogar utilizará el flujo tradicional que recibe de la red eléctrica original.
Este sistema on grid tiene la ventaja de su bajo costo y una instalación mucho más económica que en el caso de los sistemas off grid. Además, se pueden instalar placas solares en diferentes tramos según nuestras necesidades y posibilidades de tiempo y dinero.
Estos sistemas no funcionan ante un corte de energía. Al estar conectados a la red principal, si se detecta un corte de electricidad, por seguridad, el sistema dejará de aportar su producción.
Híbridos
Los sistemas híbridos son la tendencia mundial en lugares con acceso a la red en los que se desea bajar los costes de energía eléctrica.
Un sistema híbrido es aquel que combina lo mejor de los dos sistemas anteriores. Por ejemplo, incorpora las baterías para funcionar como off-grid, pero aprovecha la red como una instalación on-grid.
Un beneficio que no se puede disfrutar en el sistema off grid aparece cuando “sobra” la energías generada. El excedente de producción energética de los paneles pueden volcarse a la red eléctrica existente para ser utilizado por otras personas.
Una ventaja con respecto al sistema off-grid es que las instalaciones híbridas suelen ser más pequeñas. De esta manera, puede instalarse este sistema en departamentos reducidos. Pero el problema principal es el económico: los inversores utilizados tienen un costo más alto que los inversores on-grid y off-grid